Resumo

El ácido indol-3-acético (AIA) forma parte de una clase de fitohormonas, denominadas auxinas que juegan un papel muy importante en el crecimiento y desarrollo de las plantas. Sin embargo, no sólo las plantas son capaces de sintetizar AIA ya que muchas bacterias asociadas a éstas son capaces de producirla, relacionándose esta habilidad con fenómenos como la fitoestimulación. Se conocen diversas estrategias de biosíntesis de AIA en bacterias, describiéndose como su principal precursor el aminoácido triptófano. Adicionalmente, se ha reportado la capacidad de degradar AIA en bacterias, describiéndose un conjunto de genes relacionados con esta habilidad, aunque la función y regulación de estos genes es desconocida. Por otro lado, se sabe que las plantas utilizan múltiples mecanismos para lograr la homeostasis de auxinas, entre los que se encuentran su biosíntesis y catabolismo. En este contexto se ha reportado que existen bacterias que poseen simultáneamente genes relacionados con la síntesis y degradación de AIA, lo que podría estar relacionado con un recambio de AIA en sistemas bacterianos. Este el caso de la b-proteobacteria Burkholderia phytofirmans PsJN, capaz de establecer interacciones benéficas con plantas, ya que posee varias rutas putativas de biosíntesis, además de una ruta de degradación de AIA, predichas a través de análisis bioinformáticos. En este trabajo se evaluó la funcionalidad de ambas vías metabólicas. Se observó que la cepa posee la capacidad de sintetizar AIA en presencia de triptófano, y es capaz de utilizarla como única fuente de carbono y energía. Estos resultados, además, sugieren que existen mecanismos regulatorios complejos que permitirían manejar los dos procesos simultáneamente, dependiendo de las necesidades de la bacteria. Agradecimientos. FONDECYT 1110850, NM-PFG P06-009F.